El Viernes 27 de Enero, a las 20.15h, Luis A. Payno, Juanma Sánchez e Ildfonso Ruiz de Mier (Chitu) nos pasean por la historia de los instrumentos juglarescos y pastoriles. En este caso haciendo hincapié en los aerófonos, y dentro de ellos, en la familia de los albogues.
Os dejamos aquí una pequeña información sobre los albogues y os animamos a que visitéis sus páginas, donde se refleja el maravilloso trabajo de investigación que estos tres etnógrafos han realizado sobre los instrumentos.
Os esperamos puntuales para empaparnos de los sonidos que han llenado la península ibérica de color, y que tenemos tan olvidados!!!!
El albogue es un instrumento de viento que consta de un tubo de madera en cuyos extremos se encuentran 2 piezas de cuerno, una de ellas más grande que la otra, la de mayor tamaño sirve para amplificar el sonido y la pequeña sirve para poner en su interior una caña a la cual se le ha practicado una incisión para convertirla en el órgano de sonido como lengüeta simple.
La palabra albogue parece derivar del árabe «al-BUQ» () (literalmente, «la trompeta» o «el cuerno»). Este tipo de instrumento se encuentra en varias culturas, algunos estudiosos, como Manuel García Matos, indican que podría tener orígenes asiáticos aunque debe ser un instrumento que apareció en varios sitios a la vez.
Es un instrumento utilizado por los pastores y juglares. En España existen diversos tipos de albogues, todos ellos documentados y tomando diferentes nombres según el lugar del que proceden:
En el País Vasco se llama Alboka Vasca y consta de una embocadura de cuerno de vaca, dos tubos sonoros de caña con 3 y 5 agujeros alojados en un soporte de madera y un pabellón de resonancia también de cuerno. Al oírlo puede parecer una gaita de fuelle por la continuidad del sonido, pero ello no es así, sino que esta continuidad se produce gracias a la difícil técnica del soplo continuo.
En la sierra de Madrid recibe el nombre de Gaita Serrana que consta de una embocadura de cuerno de vaca, un tubo sonoro de madera (usualmente de higuera) de sección cuadrada y con 3 ó 4 agujeros en la parte superior y uno en la inferior y un pabellón de resonancia también de cuerno. Los ejemplares, recuperados por el folklorista Manuel García Matos proceden de la sierra norte madrileña. Llegó a estar casi extinguido, dado que es un instrumento pastoril, sin otra función que el propio pasatiempo del pastor. Este instrumento puede proceder de los «albogues» medievales, de similares características pero, como en el caso de la alboka vasca, no se sabe nada a ciencia cierta.
En Andalucía, en Cádiz se llama Gaita Gastoreñay consta de un tubo sonoro de madera (usualmente de peral o adelfa) con 3 agujeros en la parte superior y uno en la inferior y un pabellón de resonancia formado por un cuerno de bastante longitud. Este instrumento procede de un pueblo cercano a Ronda, donde los hombres lo tocan en Todos los Santos y Navidad en las calles del pueblo. Hay noticias acerca de su uso en otros países como Marruecos, Grecia, India, Gran Bretaña (el pibcorn galés o escocés), Rusia, Finlandia e incluso algunas regiones de América del Sur.
Algunos albogues tienen un asa debajo de la caña para poder sujetar mejor el instrumento; ejemplos de ello se pueden ver en la Colegiata de Toro (en un instrumento de un solo tubo) y en las Cantigas de Santa María (con una pieza de dos cañas). En el País Vasco todavía se utiliza ese asa o yugo, denominado uztarri, dándose la circunstancia de que se ha convertido además en la seña de identidad de los fabricantes, ya que cada uno utiliza un dibujo y unos adornos distintos para diferenciarse de los demás.
