El hortelano que quiso ser miércoles

Hubo un tiempo, finales de los años 70 y principios de los 80 del pasado siglo, o sea en la primera década de la inválida democracia a la española, en el que algunas gentes jóvenes de la villa  y corte creyeron renacer joviales y luminosos, originales y divertidos, de la oscura caverna del tardofranquismo. De creencias está sin duda el mundo de los humanos repleto, como de esperanzas fallidas. La fe, no obstante, les hizo creadores y artistas y con sus obras, aun nerviosas, ingenuas y sin aristas, los medios y los políticos les encumbraron a los altares de la cultura. Fue un gran alarde de márketing, que más pronto que tarde, calló en el olvido.

Gracias al olvido, y quizás gracias a la pérdida de la fe, siguieron siendo algunos de ellos y ellas creadores y artistas. El Hortelano (http://www.elhortelano.es/), seguramente es el más polifacético del grupo. En 1986 editó, o le editaron un libro como mínimo curioso: Quiero ser miércoles (Arnao Ediciones, Madrid). En esta publicación se recopilan pinturas, dibujos, fotografías (la mayoría en blanco y negro, y unas pocas en color) y poemas. El título de la obra se refiere precisamente a un breve poema de El Hortelano, que dice así:

QUIERO SER MIÉRCOLES

No.
No quiero ser la semana entera.
Ni Martes, ni Jueves o Sábado
Tampoco un día de fiesta.
Hoy, cariño
Sólo quiero ser miércoles.

Aunar poesía y artes gráficas, ha sido siempre un permanente empeño de las vanguardias, y un tradicional modo de adornar lo mediocre. Pero no es el caso de Quiero ser miércoles. Más bien al contrario, los textos poéticos del artista -de aparente ingenuidad surrealista-  adornan  su obra plástica de la primera mitad de 1980 -de corte más surreal-expresionista-, la traducen y la completan, llegando incluso a insertarse de lleno en alguno de sus dibujos a doble página, como en

NEW YORK CITY

Negro y amarillo
Ventanas como lagos
y la vida de las gentes como espuma
Va pasando mi vida
entre espíritus de pólvora.
Días de terciopelo y ratas
Frío y verde.

La obra en su conjunto tiene un cierto aire kitsch, es un álbum personal y narcisista, en el que se esparcen fotografías con la figura del artista en distintas épocas y situaciones, y abundantes autorretratos (como el de la portada), seña de identidad estilística de El Hortelano en esa década. Entre las fotos de retratos, destacan por sí mismas las realizadas por la extraordinaria Ouka Lele, miembro igualmente junto con Cesepe y otros de esa quinta de modernos que surgió en la llamada movida madrileña.

Pero Quiero ser miércoles ante todo y sobre todo es un libro de poemas, que podría haberse titulado con el título de cualquiera de los poemas que contiene, por ejemplo Yo soy el hipo del mundo . Puede parecer que el yoismo es la temática de esta poesía, sin embargo, la temática real es el mundo con el que el yo del poeta se disuelve y muta, se viste y se encadena. El yo como juguete elástico del mundo, y el mundo un arsenal de juguetes para un yo ilusionista, que se sabe objeto inacabado de un mundo en movimiento. Por ejemplo estos versos de Manifiesto para una Europa como llaga de oro:

No quiero más hélices y hélices de odio

Mi futuro en un dedal
Mi futuro en las ilusiones de las hormigas.

Todo es un juego de palabras
para el nuevo arte secreto.

Puedes descubrir Quiero ser miércoles en la LibreRía La Leona, de Valladolid

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